EL JUGUETE EN LA EDAD ADULTA, UNA FORMA DE VOLVER A VIVIR
Probablemente, muchos de los recuerdos que solemos súbitamente tener, se deban a esas ráfagas que se activan por ciertos estímulos que a nivel sub conciencia afloran, pero estos agentes que activan nuestros recuerdos no vienen de forma súbita sino que, van asociados a determinados estímulos que no son necesariamente evidentes o buscados sino casuales, para ello nuestra memoria sensorial auditiva, cromática, olfativa de tacto, etc.…. es la detonante.
Durante la I Exposición de nuestra colección hemos podido encontrar entre los visitantes expresiones de todo tipo, las que viajaban en el espacio del recinto desde la sonrisa cautelosa hasta una lágrima emotiva, en muchísimos casos recuerdos que no fueron permanentes sino que de pocos o quizá un primer recuerdo de “algo” que dio mucha felicidad, de parientes que ya entre nosotros no están, de amigos que no volvimos a ver, de las primeras emociones que conocimos con un juguete que quizá ni siquiera fue protagonista, sino solo, compañero de aquel instante.
Es así que el juguete en la edad adulta dentro de un museo se convierte en una forma de volver a vivir sin querer queriendo y ojalá ese instante fuese más largo y tuviera la virtud de hacer un viaje físico a través del tiempo.