Han transcurrido catorce años desde que por vez primera iniciamos la bella aventura del coleccionismo de juguetes antiguos, el origen fue la infancia de nuestro hijo; esta etapa en que lo lúdico es expresión permanente, surgió entre las pertenecías de Sebastián un avioncito de hojalata que corresponde a la última etapa de fabricación de los mismos y, tratamos de encontrar algunos otros parecidos o con las características y no encontramos, sino mas bien en tiendas de antigüedades y cómo no quedarnos encandilados con otras piezas que nos cautivaban, así fuimos entrando en este bello mundo.
Transcurrimos de la hojalata al plomo, la baquelita, la predecesora del plástico, aquellos juguetes que tuvieron una etapa muy corta por lo fungible del material en las manos de un niño; otros con mecanismo a cuerda, a fricción, a baterías y hasta el simple arrastre; esta es una de las exquisiteces más bellas de la fabricación de los juguetes.
Las piezas de madera poseen en la manufactura del ser humano, su sensibilidad, creatividad y experiencias vividas: caballos, personajes, vehículos, pistolas, etc., que representan épocas y formas de jugar.
Los materiales diversos en las muñecas desde pasta de composición con cuerpo relleno de paja, el biscuit, la baquelita, el caucho, el jebe, plástico, trapo, etc. que obsequian junto a sus trajes la contemplación de una época.
El hierro fundido, para representar juguetes eternos y funcionales, también se encuentra presente la ternura de los personajes que conmueven con sus semejanzas a la realidad como osos, perros con estructuras internas de madera o aserrín, hojalata recubiertos con fibra de mohair, plush, fieltro, peluche, algunos con ojos de vidrio; nos hacen caer en cuenta la necesidad de sus creadores al buscar perfeccionar los juguetes, por ello se fueron sofisticando con la inventiva de sus épocas.
Los juguetes también nos cuentan la historia, etapas de las guerras, la conquista espacial e inter espacial, el avance de la tecnología y los descubrimientos, el mismo material se muestra como “testigo” de la misma, juguetes hechos de hojalata reciclada por la sobre producción de este material destinado para el envasado de los alimentos de soldados en la guerra, se pueden ver las impresiones en el interior, con las denominaciones de las marcas de latas de conserva o también épocas de post guerra donde aparecen inscripciones que dicen por ejemplo: “Hecho en Alemania – zona americana” nos cuenta la época de la ocupación Norteamericana en Alemania etc.
Cuantas experiencias, historias y sensaciones que los juguetes son capaces de regalarnos…
Así pues nos complace poner en consideración a ustedes en nuestra ciudad, Arequipa, esta colección que compartimos y con el propósito de generar un museo de juguetes antiguos, estaremos atentos al eco que podamos recibir con las donaciones de piezas y suma de colecciones u otras propuestas que logren cristalizar este sueño que empezó como jugando.
Cecilia Cervantes, Luis Vargas y Sebastián Vargas
EL ARTE Y EL PROYECTO
El punto congruente entre la propuesta de un museo del juguete y el arte tiene como origen la formación académica y personal de quienes proponemos el museo, por ello concebimos este espacio no sólo como un espacio de la memoria lúdica del ser humano, tampoco el solo hecho del conservar el paso de la civilización humana en objetos lúdicos diversos aristas como Klee, Picasso Miró y de seguro muchos contemporáneos han producido, produce y producirán juguetes, sino por la temática, por el amor a los hijos, un mismo acto inherente como el jugar, estas expresiones artísticas y los conceptos significativo del juguete van de la mano cuando se tiene una forma de amor.
Nos llena de especial gratitud a quienes por su compromiso de vida ejercen el arte y han tomado su espacio vital para encontrarse estéticamente en este concepto para esta exposición, las experiencias vividas, lo onírico desde una visión propia y ajena, quizá compartida u otras experiencias traducibles en arte, abren nuestros sentidos, despiertan las emociones que se mezclan entre recuerdos, formas y colores, objetos y estructuras que denotan el saberse presentes en el juego más sencillo y comprometido que es el solo vivir.